Sustentabilidad en la práctica

Infraestructuras resistentes e innovadoras para Chile

En 1995, Chile inauguró El Melón, un túnel de 2,52 kilómetros localizado en la Ruta 5 Norte que liga las ciudades de Quillota y Petorca, en Valparaíso, y atraviesa gran parte de Chile. La obra fue la primera operada por el Sistema de Concesión de Obra Públicas. Dato interesante sobre esta infraestructura es que, de acuerdo con el Informe Trimestral de TMD (Tránsito Medio Diario), emitido por la Dirección General de Concesiones, más de 750 000 vehículos redujeron su tiempo de viaje entre las localidades, en el período de abril y junio de 2019, emitiendo así menos gases de efecto invernadero en la atmósfera.

En 2015, después de 20 años de operación, el Ministerio de Obras Públicas del país lanzó una nueva licitación para la concesión del proyecto El Melón II, que quedará entre los kilómetros 127 y 132 de la carretera. El nuevo emprendimiento tendrá 2,8 kilómetros, nuevas vías de acceso, cinco nuevas conexiones, una ruta de fuga para cualquier eventualidad, además del retorno de vehículos de emergencia, con previsión de término para el 2021. Esta operación es considerada una de las infraestructuras más importantes para el país.

Con el fin de trabajar en conjunto con las empresas locales, la Concesionaria Túnel El Melón II SA buscó a BASF, por medio de la marca global Master Builders Solutions, enfocada en soluciones para la construcción, para contribuir con aditivos que permitieran mejorar el desempeño, el control de la hidratación y la viscosidad del cemento durante su aplicación.

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Esta construcción busca aumentar la capacidad de la carretera y proporcionar innovaciones modernas para una de las carreteras más importantes de Chile. Para este desafío, BASF proporcionó los siguientes aditivos:

MasterRoc SA 160: un acelerante para hormigón proyectado, permitiendo que la sección excavada sea estructuralmente debido a la rápida ganancia de fuera inicial.

MasterLife 300D: un aditivo impermeabilizante por cristalización, que permite incrementar la durabilidad del hormigón proyectado, gracias a la reducción de la permeabilidad y el sellado de fisuras con hasta 0,4mm de profundidad, que se pudieran presentar durante la vida útil del hormigón.

Adicionalmente, estos aditivos tienen propiedades que proporcionan una mayor seguridad durante su aplicación, al generar menos partículas de polvo, mejorando la calidad del aire, y facilitando el trabajo de los colaboradores, cuando aplican el hormigón en el revestimiento del túnel y el sostenimiento de los portales dentro de la estructura. Este proceso se realiza con la tecnología Shotcrete, lanzando el hormigón a gran velocidad con equipos robotizados.