Protección Climática
Protección Climática
Viviendo a lo grande. El CO₂ en la química.
La química es una de las industrias más intensivas en energía. Necesitamos usar grandes cantidades de energía para transformar el petróleo crudo y el gas natural en productos químicos básicos. Estos luego son procesados por otros fabricantes e industrias para convertirse en productos para los consumidores.
Como resultado, nuestra huella de CO₂ es bastante grande. Eso no suena bien al principio. Pero utilizamos las fuentes de energía de manera muy eficiente. Muchos de nuestros materiales han sido diseñados para poder procesarse a temperaturas más bajas, por ejemplo, y para ser más duraderos y eficientes. Las personas que usan nuestros productos, a menudo terminan utilizando menos energía. Eso es positivo para el balance de CO₂ y garantiza que estemos mejor preparados para los grandes desafíos climáticos del futuro.
20 millones de compuestos: el carbono es el elemento químico más versátil y puede formar una enorme cantidad de moléculas estables y complejas. Ningún otro elemento es tan diverso. Es la base misma de nuestra vida: células, proteínas, ADN. El carbono también es la base de los plásticos, los solventes, las pinturas y mucho más. La química sin carbono es imposible.
¿Cómo funciona la descarbonización? Siempre necesitaremos carbono en la química. Pero si no proviene de fuentes fósiles, sino de fuentes biológicas o recicladas, nos ayuda a alcanzar la neutralidad climática.
Cómo planea BASF reducir sus emisiones de CO₂
La industria representa una proporción significativa de las emisiones de CO₂. Aunque en BASF ya hemos hecho mucho para reducirlas, se requieren más ideas y métodos. Vemos tres grandes palancas para lograrlo:
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El uso de energía verde.
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La incorporación de materias primas alternativas en la producción.
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El acoplamiento inteligente de los procesos productivos.
Estamos emprendiendo el camino hacia la transformación verde junto con nuestros mercados y clientes. En este sentido, el Verbund de BASF nos aporta un gran beneficio gracias a su alto nivel de integración de las cadenas de valor.
Productos con una huella de CO₂ comprobablemente menor
Publicamos nuestra huella de CO₂ desde 2008. Según estos datos, ya hemos reducido nuestras emisiones en 4,9 millones de toneladas de CO₂ al año desde 2018. Muchos de nuestros clientes quieren ofrecer productos sustentables a los consumidores y, sobre todo, quieren poder demostrarlo.
Cómo se benefician nuestros clientes
Pero ¿cómo podemos demostrarles a nuestros clientes la reducción de emisiones de CO₂ al vender nuestros productos? La respuesta es SCOTT:
Con nuestra Strategic CO₂ Transparency Tool, o simplemente SCOTT, calculamos la huella de CO₂ de nuestros productos (Product Carbon Footprint o PCF) para más de 40.000 productos en más de 230 sitios. From cradle to gate. También lo utilizamos en el proceso de innovación. Esto nos permite calcular de inmediato cómo los cambios en los procesos de producción afectan al PCF, y así desarrollar productos más respetuosos con el medioambiente de manera más ágil.