Cambiar para el clima
¿El viento de cola definitivo?
Para proteger el clima, tenemos que pensar mucho en la energía que utilizamos para alimentar nuestras plantas. Por eso, junto con nuestros socios, estamos construyendo el mayor parque eólico marino del mundo sin subvenciones. Proporcionará energía renovable de bajas emisiones a los centros de producción de BASF en toda Europa y reducirá considerablemente nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Todo forma parte de nuestro plan de lograr cero emisiones netas para 2050.
El desafío: sustituir los combustibles fósiles en la producción
El cambio a la electricidad es bueno para la protección del clima. Pero, lo que es más importante, esa electricidad debe generarse a partir de fuentes renovables para estar libre de emisiones de CO2.
El enfoque: construir tus propias fuentes de energía
¿Cuál es la mejor manera de garantizar que tus fuentes de generación eléctrica contribuyen a la transición hacia una energía más sostenible? Generar tus propios recursos renovables adicionales. Eso es exactamente lo que estamos haciendo en el parque eólico Hollandse Kust Zuid, junto con nuestros socios, Vattenfall y Allianz. Ubicado en el Mar del Norte, a unos 18 km de la costa de los Países Bajos, está previsto que sea el parque eólico marino más grande del mundo sin subvenciones. La primera energía generada allí de forma sostenible se entregó a la red en 2022 y, cuando funcione a pleno rendimiento en 2024, sus 140 turbinas proporcionarán una asombrosa potencia de 6 teravatios-hora al año. Eso equivale aproximadamente a la potencia media por hora necesaria para 4.000 millones de hervidores eléctricos.
El trasfondo: la química necesita energía
¿Por qué necesitamos tanta energía verde en BASF? No es ningún secreto que la industria química requiere grandes cantidades de energía para fabricar la enorme cantidad de productos que usamos a diario. Para alcanzar nuestro objetivo de cero emisiones netas para 2050, perseguimos con ímpetu nuestra ambición de sustituir la energía fósil convencional con nueva energía verde y electrificar nuestros procesos. Tenemos previsto utilizar la parte de energía renovable del parque eólico que tenemos atribuida para impulsar la producción química en plantas de toda Europa, como las dos mayores plantas del grupo BASF en Amberes, Bélgica, y Ludwigshafen en Alemania. De esta forma reduciremos significativamente nuestra dependencia de los combustibles fósiles y, como resultado, nuestras emisiones.
El equipo: 100 % impulsado por las personas
Cuando hablas con el equipo que trabaja en el nuevo parque eólico, se rezuma energía en todos los aspectos. Es una energía inspirada en su aportación para acelerar una forma de vida libre de combustibles fósiles a través del poder del viento. David Brüggen, director de la joint venture BASF Renewable Energy para este parque eólico, no puede evitar darle eco con orgullo: “Estamos muy orgullosos de formar parte de esta transformación y de llevarlo activamente a la práctica”, declara. Daniela Herzberg, que trabaja junto con el equipo de Construcciones y Operaciones, rebosa entusiasmo. “Comprar energía renovable para una gran empresa industrial, asegurarme de que los productos BASF se producen con energía verde, da sentido a mi trabajo”, continúa.
La construcción: una hazaña de la ingeniería marina
Construir un parque eólico en alta mar no es para pusilánimes. Con unas turbinas cuyas palas miden casi 100 m de longitud cada una, se trata de un trabajo altamente especializado que implica una flota de ocho barcos con grúas y un mini escuadrón de helicópteros. Solo los cimientos del Hollandse Kust Zuid son por sí solos una gran hazaña en ingeniería y construcción, como el mayor cimiento monopilar que pesa casi 1.000 toneladas y mide 75 metros de altura. Por eso estamos decididos a trabajar con los mejores socios para desarrollar formas climáticamente inteligentes de proporcionar energía eléctrica a nuestras fábricas. Para este proyecto, nos hemos asociado con especialistas en construcción de parques eólicos como Vattenfall.